domingo, 10 de julio de 2011

crisis

Me ha pasado algunas veces más, pero no de esta manera. Normalmente sucede de manera repentina: un sentimiento de fatalidad, de que algo terrible está a punto de ocurrir, sostenido y subrayado por una extraña debilidad en brazos y piernas. El cuerpo empieza a temblar y la cabeza de llena de pensamientos, y todos ellos te dicen que algo va mal y que vas a morir, y aunque tú sepas que no es cierto y que no es más un truco, a la razón le cuesta muchísimo imponerse a estos pensamientos, porque, además, tu corazón comienza a latir muy deprisa o parece que se para, o palpita arrítmicamente, y el miedo es tan intenso que ni las experiencias anteriores consiguen persuadirte de que no te va a pasar nada.

Ayer fue distinto; lo sentí fraguarse, paso a paso, en la oscuridad de aquel cuarto mientras tú dormías a mi lado, tan cerca y tan horriblemente lejos. Durante todo aquel tiempo, una, dos horas, iban surgiendo en mi cabeza pensamientos extraños, neuróticos e irracionales que me aterrorizaban. Se repetían de manera obsesiva; pensaba en ti y en mi familia y me parecíais todos seres horribles que sólo pretendían hacerme todo el daño posible. Temí estar volviéndome loca aun con la luz encendida en aquella vigilia horrenda; estabas a mi lado y sólo habría tenido que tocarte y pedirte que me ayudaras, pero un miedo supersticioso me decía que no lo hiciera, y mi cabeza me obligaba a imaginarte como un asesino que, un día no muy lejano, me estrangularía mirándome a los ojos y riéndose del engaño. La voz de mi razón hablaba intentando poner orden pero era imposible, y temí morir y que el corazón se me parase, y pensé también que no me querías, y que todo este tiempo me habías estado engañando y que un día, de pronto, empezarías a reírte señalándome y haciedo burla de mi patética existencia. Soy un animal irracional que no consigue aceptar que el horror proviene de mí misma y ha de buscarlo en los otros, soy un animal irracional que teme al animal irracional que tú eres y a todo el horror que, juntos, podamos generar en este mundo aterrador, queriendo o sin querer. Mi miedo, que no se va jamás, sino que se oculta a mis ojos, no tiene cura.


Perdona mi debilidad. Perdona las injusticias que mi animalidad comete. Perdonadme todos porque hoy, por fin, comprendo que la vida es tan maravillosa como horrible.

1 +:

Rudo Curtir dijo...

El otro día mientras escuchaba a Ligeti, observé que su obra era a la vez tremendamente hermosa y terrible, y que había una sensación de que de repente todo se iba a derrumbar de golpe, manteniéndose en una suerte de equilibrio inestable que producía un ligero malestar.

Y de repente me di cuenta de muchas cosas que no sé comunicar, pero que explican sensaciones que he sentido en más ocasiones.