debes saber que cuando me miras
con esos ojos tan grandes y tan abiertos
(y, te lo recuerdo, son verdes aunque cambien de color)
me siento por fin libre de culpa y muy lejos
de todo mal
y aunque mucho me temo que mi miedo a enfermar
finalmente conseguirá que enferme
podría estar diciéndote hola
hasta la hora del fin del mundo
sólo para que me volvieras a mirar
así,
mi pequeño
porque eres pequeño
y enorme,
mi dulce amor.
martes, 26 de julio de 2011
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Es que el sentimiento que lo motiva es muy bonito.
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