viernes, 20 de mayo de 2011

Hola, mamá

recuerdo cuando era pequeña y me hacías aquellos vestidos tan bonitos, y me ponías lazos y zapatos a juego. también recuerdo aquella camiseta blanca sin mangas; me habías hecho unas bermudas con una tela estampada con dibujitos de frutas, y habías recortado una naranja para cosérsela a aquella camiseta, y así, camiseta y bermudas, formaban un conjunto prácticamente inseparable. también recuerdo un vestido blanco y turquesa, al que le habías puesto de adorno un pin con la forma de unas gafas de sol diminutas. recuerdo cosas, pero no las suficientes.

mamá
los niños te rehúyen y yo no les culpo
mamá
siempre me has acusado de renegar de tu afecto, pero tú esperabas demasiado de mí y yo era pequeña y no podía hacer otra cosa más que apartarme para que no me hicieras más daño
mamá
cuando conseguía hacer algo de lo que me enorgullecía tú no solías darle mayor importancia
mamá
cuando hablaba no me escuchabas y ahora comprendo de quién lo aprendió J
mamá
llevo tanta rabia dentro que a veces quisiera matar a alguien o matarme yo
mamá
soy incapaz de liberarme de esa rabia porque tú me enseñaste que eso está mal y que las niñas no hacen eso, porque tienen que ser dulces y educadas
mamá
recuerdo que, a los ocho años, me mordía los brazos para dejarme marcas y decirte, cuando volvías de trabajar, que me lo había hecho algún niño en el colegio
mamá
dime por qué me siento culpable por no conseguir ser una máquina irracional de felicidad.