martes, 31 de mayo de 2011

El palacio de papel

Con todas estas páginas
he construído mi mansión
en una zona alta de la ciudad
soleada y residencial.
Me llegó a ofrecer,
y era una ganga,
mano de obra infantil
cierta gran multinacional.
Claro, yo, la rechacé.
No saben la de cosas
que se escuchan
cuando tus paredes son
todas de papel.
Anoche oí a dos tipos planear
una guerra nuclear
mientras me hacía un té.
Y a veces oigo a las ratas
que roen la pared;
les doy papel de estraza
del que uso yo
para sacar la tinta de la piel,
y vivo así en mi palacio de papel.
Se está bien aquí,
se está bien.
La mujer del tiempo anuncia un huracán
pero no me iré,
resistiré.
Y se oyen voces que hablan de deshaucio,
y sé que quieren derribar
mi humilde mansión.
Al parecer pretende abrir aquí
una nueva boutique un tal Louis Vuitton.
Puede que le vaya a ver,
o puede que me atrinchere aquí
y, como cualquier animal,
ya sabré lo que hay que hacer,
o entienda que si no pierdo la fe
es porque jamás llegué a tener una que perder.
Pero en veintiocho años
vean que la reconstruí con estas torpes manos,
un millar de veces y sigo viviendo así,
como un rey en mi palacio de papel.
Se está bien aquí, se está bien
La mujer del tiempo anuncia un vendaval
pero no me iré
resistiré,
y si hay un fuego aprenderé a arder.
Y si empiezo a arder
aprenderé a apagarme.

Nacho Vegas

lunes, 30 de mayo de 2011

[...] la neurosis es una protección contra la actividad objetiva interior del alma o un intento (pagado muy caro) de sustraerse a la voz interior y a la determinación. Pues esta "excrecencia" es esa actividad del alma objetiva, independiente de la voluntad consciente, que con la voz interior quiere hablar a la consciencia para conducir a la persona hacia su totalidad. Tras el retorcimiento neurótico están la determinación, el destino y el devenir de la personalidad, la realización completa de la voluntad de vivir innata al individuo.

C.G.Jung

domingo, 29 de mayo de 2011

Es la guerra II

Los hombres llaman putas a las mujeres que no les dan lo que ellos quieren.

sábado, 28 de mayo de 2011

Es la guerra

Las mujeres calificamos de insensibles a aquellos que nos dicen lo que no nos gusta oír.

viernes, 27 de mayo de 2011

Culpa

I know you didn't mean to have me. I know.
I know somebody told you to go to London and get rid of me. I know.
I know you were 42 at that time. I know.
And you already had two grown up sons. I know.

I know you didn’t even have to think about it. I know.

I also know what you think sometimes. I know.

Well, what if my daughter thought we did not want to have her after all?

I know mama, I know.

jueves, 26 de mayo de 2011

Lineage Claims

Si descubrieras alguno de mis verdaderos pasatiempos
no me reclamarías un nieto nunca más
y rezarías para que tu precioso linaje se extinguiera.
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If you only knew about any of my actual passtimes
you wouldn’t claim a grandson from me anymore
and you would pray to have your precious lineage extinct.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Qué amargas son las madrugadas
despierto
y sabiendo
que no tienes a nadie, ¿verdad?

Pues yo ayer comprobé el extracto de mi cuenta bancaria y
no hallé ninguna evidencia de que ni tú ni nadie
me estéis pagando para animarte
o para sacarte de tu miseria autoinfligida
o para distraerte cuando las cosas se complican,
y yo, recuerda, ya soy muy mayor, demasiado,
como para trabajar sin recibir nada a cambio.

martes, 24 de mayo de 2011






lunes, 23 de mayo de 2011

Malos pensamientos (pms)

yo,
mujer,
y despojada de mi intelecto,
necesito que me digas me quieres
que me adoras
que en tu alma no hay otra
que nunca podrá haber otra

(no que me escuches
no que me respetes
no que valores ni admires mis virtudes)

aunque

todo

sea

mentira.








Ni siquiera yo, tan lista, tan buena, tan dulce,
princesa encerrada entre cinco paredes,
ni siquiera yo escapo al patetismo que,
como una araña,
asciende lentamente
hasta mi ventana.

domingo, 22 de mayo de 2011

Malos pensamientos (pms)

yo no tengo esas tetas
tan grandes
ni esas piernas
tan largas
ni ese culo
tan firme
ni esos labios
tan gruesos
ni esa nariz
ni esas manos
pequeñas




ojalá que con quererte sea

suficiente

sábado, 21 de mayo de 2011

Malos pensamientos (pms)

A veces os odio
a todos
y una presencia
que me niego a reconocer
me asegura
que lo único que en realidad queréis
es meterla en algún sitio
y que os dejen
en paz.

viernes, 20 de mayo de 2011

Hola, mamá

recuerdo cuando era pequeña y me hacías aquellos vestidos tan bonitos, y me ponías lazos y zapatos a juego. también recuerdo aquella camiseta blanca sin mangas; me habías hecho unas bermudas con una tela estampada con dibujitos de frutas, y habías recortado una naranja para cosérsela a aquella camiseta, y así, camiseta y bermudas, formaban un conjunto prácticamente inseparable. también recuerdo un vestido blanco y turquesa, al que le habías puesto de adorno un pin con la forma de unas gafas de sol diminutas. recuerdo cosas, pero no las suficientes.

mamá
los niños te rehúyen y yo no les culpo
mamá
siempre me has acusado de renegar de tu afecto, pero tú esperabas demasiado de mí y yo era pequeña y no podía hacer otra cosa más que apartarme para que no me hicieras más daño
mamá
cuando conseguía hacer algo de lo que me enorgullecía tú no solías darle mayor importancia
mamá
cuando hablaba no me escuchabas y ahora comprendo de quién lo aprendió J
mamá
llevo tanta rabia dentro que a veces quisiera matar a alguien o matarme yo
mamá
soy incapaz de liberarme de esa rabia porque tú me enseñaste que eso está mal y que las niñas no hacen eso, porque tienen que ser dulces y educadas
mamá
recuerdo que, a los ocho años, me mordía los brazos para dejarme marcas y decirte, cuando volvías de trabajar, que me lo había hecho algún niño en el colegio
mamá
dime por qué me siento culpable por no conseguir ser una máquina irracional de felicidad.

jueves, 19 de mayo de 2011



miércoles, 18 de mayo de 2011

Hola, mamá

[...] Se trata de uno de esos típicos matrimonios en los que el padre está muy ocupado trabajando y la madre manifiesta su ambición social en su hijo. Éste ha de tener éxito para realizar los deseos y las expectativas de su madre y adular a su vanidad. Una madre no ve así el carácter real de su hijo, su individualidad y sus necesidades. Se proyecta a sí misma en su hijo y lo gobierna con una voluntad de poder despiadada. [...] Los hijos de estas madres tienen en la práctica el significado de unos muñecos a los que se puede vestir y adornar a capricho. No son más que unas piezas mudas en el tablero de ajedrez del egoísmo de sus padres, y todo esto sucede con el pretexto de sacrificarse por los hijos, cuya felicidad es la única meta en la vida de una madre. Pero en realidad a esta chica no se le da amor real. Por esta razón padece unos síntomas sexuales precoces, como muchos niños desatendidos, y está inundada por el amor "natural". [...] Nada puede alejar más a un niño de sí mismo que los esfuerzos de su madre por encarnarse en él sin tomar en consideración ni una sóla vez que un hijo no es un apéndice de su madre, sino un ser nuevo e individual, a menudo dotado de un carácter que no se parece al de sus padres y que a veces es incluso terriblemente diferente.

C. G. Jung

martes, 17 de mayo de 2011

1 de octubre de 2005

Quiero saber lo que significa estar enferma para poder simular que lo estoy. Puede que así no me sintiera tan triste. Decir triste es decir perdido a veces es decir mediocre, es decir asustado.

Después de la despedida tengo que reagruparme; me reconcentro como el vapor, para formar una gota, porque si consigo recobrar mi cuerpo, si entonces me estrello contra el suelo estallaré, y así al menos podré saber cómo es el dolor. Yo ya lo conozco, pero no de verdad, porque eso sólo se siente y se comprende estando despierto, y yo llevo mucho tiempo dormida.

Así que me reagrupo. Ajusto las vértebras, tenso los músculos y abro los ojos para tratar de entender por qué siempre me pasa lo mismo. Detrás de mí, lo siento, está esperándome para seguirme hasta mi casa, y no se detiene en el umbral, sino que se mete conmigo en la cama y, por las mañanas, me sujeta los brazos y las piernas para que no pueda levantarme. Me hace llorar y hace que piense que estoy siempre sola

que mis palabras nadie las escucha
que no tengo gracia
que no debí haber nacido nunca
que estoy vacía
que soy estúpida
que no tengo talento
que no merezco la confianza de nadie
que mis padres no son felices por mi culpa
que soy la más egoísta
que todos me odian
que todos me olvidan
que a nadie le importo nada
que he sido cruel durante toda mi vida
que realmente soy una mala persona
que mis hermanos no me quieren
que mi vida será larga y aburrida
que jamás haré nada que perdure
que mis ideas no son inteligentes
que nadie irá a mi funeral
que no tiene sentido vivir
que las palabras están vacías
que el amor que yo creo que es único es tan banal como cualquier otro
que nunca podré ser feliz
que no soy especial
que tal vez lo fui y lo dejé escapar,

que la tristeza me lo ha robado todo y ahora que lo he comprendido quiero hundirme para siempre, para siempre en ella. Y lo realmente complicado no es sonreír y hacerles creer que yo soy como todos los demás. Lo realmente complicado es apartar todos esos pensamientos de mi cabeza.

lunes, 16 de mayo de 2011

26 de septiembre de 2005

No estoy paranoica. Mis visiones apocalípticas no son síntoma de una locura incipiente. La otra noche soñé que la tierra se reblandecía como un tomate podrido, y su corteza se deshacía, replegándose en sí misma y fundiéndose dentro del núcleo incandescente. Y todos íbamos a morir, pero sólo parecía importarme a mí.

domingo, 15 de mayo de 2011

las horas. la inspiración que no existe para mí. los días. y la angustia de los días, el gris de los días. la paz blindada de la noche. y los sueños, las pesadillas de hecatombe. los muertos. los besos. los días en mercurio, y los amaneceres dobles de mercurio. en la tierra sólo amanece una vez cada día, y no es suficiente para nosotros.

estos dos cuerpos son sólo un santuario que existe en cada línea paralela trazada en el espacio.

sábado, 14 de mayo de 2011

Los partos son dolorosos aun cuando la madre es de caderas anchas. Así que es absurdo pensar que a mí, por ejemplo, me resulte sencillo crear cosas. La mayoría de la gente cree aquellos que hacen arte -cada día odio más esa palabra- lo hacen sin inmutarse, sin sudar, sin sangrar, sin llorar, sin gritar.

Yo sudo, sangro, lloro y grito más y más cada día.

Durante una época y hasta hace muy poco temí que, a pesar de todos mis esfuerzos, la criatura naciese muerta.

Hoy lo que más temo es que, a pesar de todos los esfuerzos, no sea capaz de dar a luz.




Estoy bastante segura de que, en un futuro no muy lejano temeré comprender que, en realidad, no tengo nada que dar a luz.

viernes, 13 de mayo de 2011

Historia (casi) ficticia

La madre de Carlotita Kovalski era una madre ejemplar. A pesar de esto era incapaz de conseguir que una caja de tranquilizantes le durase más de dos días. Pero, eso sí, su colada era siempre la más blanca, y su casa la más reluciente. Es una ocasión, una visita comentó que estaba todo tan limpio que se podría comer en el suelo, y a la madre de Carlotita se le escapó una lágrima de emoción, porque jamás le habían dicho nada más bonito que aquello. Además recordaba siempre todos los cumpleaños y fechas señaladas con una facilidad pasmosa, y asistía a todos los funerales de allegados (o no) y daba su particular pésame con un rictus trágico en el rostro, que recordaba vagamente a la ópera bufa. Cocinaba, cosía, planchaba y trabajaba más y mejor que nadie. Con su fino olfato detectaba cualquier olor sospechoso. Su enfermiza obsesión por el orden y la limpieza es hoy denominada neurosis por psicólogos y psiquiatras. No es de extrañar, pues, que una caja de tranquilizantes le durase dos días, y no más.

Se había casado a los veinte años con un trapecista ruso llamado Alexei Kovalski. Se conocieron durante una de las sesiones que el circo ofrecía diariamente. Se vieron, se enamoraron, se retiraron discretamente tras la jaula del hombre-elefante, se casaron al día siguiente, y, tres días después, Alexei se enamoró de una amazona coja que bizqueaba profusamente cada vez que pronunciaba la palabra Rachmaninov, claro que esto no sucedía muy a menudo, pues ella prefería a Chopin y Debussy. Pepita Fuentes, que así se llamaba la sufrida madre de Carlotita Kovalski, se quedó con las ganas y con un espermatozoide de Alexei fecundando uno de sus óvulos. A los nueve meses nació Carlotita Kovalski Fuentes, sin tener ni la más remota idea de la que estaba por caerle encima: una madre neurótica, sobreprotectora e histérica hasta rozar el más absoluto delirio. Eran frecuentes sus recriminaciones de tipo: ¡He tenido que matarme a trabajar para sacarte adelante sola, y tú callejeando por ahí! Esto era, claro está, oportunamente subrayado por un llanto de espontaneidad asombrosa. Pero Carlotita sabía que lo tenía ensayado y, como además había heredado la naturaleza despreocupada de su padre, le tiraba de un pie lo que su madre le dijese o le dejase de decir; y así fue que la convivencia entre madre e hija se fue deteriorando.

Llegaron a un punto en el que Pepita sólo se dirigía a su hija para atormentarla con sermones acerca de los peligros de la cafeína. Carlotita fue creciendo, alimentada con el eterno discurso materno que abominaba los efectos del café, y que terminaría convirtiéndose en un sermón que, día tras día su madre le recordaba invariablemente, como un extraño y obsesivo delirio religioso. Carlotita contaba entonces diecisiete años y no se relacionaba con nadie más que con su madre, y eso que ella con su madre no se hablaba. Empezó el colegio a los cinco años y lo terminó a los ocho, habiendo obtenido una media de matrícula de honor en todos los cursos. Como es comprensible, los demás alumnos del colegio la odiaban y, de todos modos, en tres años ella no había tenido el tiempo ni el interés para dedicarse a fomentar sus habilidades sociales, porque estaba ocupada leyendo a Kafka, Sartre y a Sánchez Dragó, y estudiando física cuántica y mecánica de fluidos.

El mismo espectáculo se repetía cada vez que Carlotita llegaba a casa con el impresionante boletín de notas desplegado en su mano de niña pequeña. Si su madre no montaba, literalmente, en cólera era, únicamente, porque la cólera no estaba ensillada:

-¡Esto no es suficiente! -bramó- ¡No te esfuerzas nada, y eso que sabes que me mato a trabajar para que tengas una buena educación! Y, ¿tú te atreves a agradecérmelo con estas notas tan mediocres?

Entonces, Carlotita solía cerrar los ojos, respirar hondo, y retirarse a su habitación, buscando consuelo en la lectura solitaria del Ulises de Joyce.

Pero volvamos a la Carlotita adulta, a la mujer de diecisiete años que había terminado con inmejorables calificaciones las carreras de medicina (Carlotita se había especializado en neurocirugía, pero todo aquello le había parecido muy infantil y se había aburrido enseguida), arquitectura, ingeniería de minas, filosofía y letras, periodismo, derecho, bellas artes, y logopedia. Por aquel entonces, Carlotita observaba detenidamente cada movimiento de su madre, pues estaba convencida de que, últimamente, se tomaba caja y media de tranquilizantes al día. No es que le preocupara su salud, sino que gustaba de estudiar los curiosos trastornos de conducta que la habitual sobredosis de pastillas provocaba en su madre. Las arengas anticafeínicas eran un clarísimo ejemplo de sobredosis de tranquilizantes, pero Carlotita había observado que, durante los últimos días, la conducta de su madre se había enrarecido hasta llegar a cotas nunca antes alcanzadas. Ya no se atrevía a usar el microondas, porque cada vez que abría la portezuela creía ver unos ojos que, blancos y brillantes, la acechaban desde la oscuridad, amenazándola. Carlotita, que estaba haciendo el doctorado en psiquiatría observaba, analizaba, asentía, y apuntaba todo lo que veía en una libretita de tapas negras.

Pasó el tiempo y la madre de Carlotita, tuvo un día la ocurrencia de probar de una vez por todas el café que tanto tiempo de su vida había dedicado a criticar, pues la curiosidad le picaba en un lugar donde es muy difícil rascarse.

-Una tacita no va a matarme -se decía para darse ánimos.

Pero al segundo sorbo de café, Pepita se atragantó y, entre toses y terribles estertores, murió. Carlotita, al encontrarla, y habiendo deducido inmediatamente la causa de su muerte, sonrió débilmente y se dijo: Pues sí que tenía razón mi madre.

Ofició el funeral el mismo hombre que, tiempo atrás, casara a la finada y bautizara a su hija. El padre Faustino se quedó de una pieza al encaramarse al púlpito y percatarse, alzando la vista hacia los bancos, de que allí no se había congregado nadie, ni siquiera una sola ánima descarriada.

-Vaya... -fue lo único que atinó a farfullar.

Permaneció allí de pie durante un cuarto de hora, con la inquietante sensación de que aquello no podía estar pasando. Distraído, lamentó para sí que el maravilloso sermón, trufado de elogios a la difunta, no fuera escuchado por nadie y, finalmente, saliendo de su embeleso, decidió bajar del púlpito, como un urraco que abandona su nido. Tiernamente palpó, por encima de la sotana, el fajo de billetes que, tan amablemente, Carlotita le había dispensado para dar digna sepultura a su progenitora. El cura se sonrió pensando que a cualquiera de aquellas dos chaladas, madre (que Dios la tenga en su gloria) o hija, les iba a resultar muy difícil entrar en el glorioso reino de los cielos. Volvió a acariciar el bulto que formaba el dinero bajo la raída tela negra y pensó que a él, en cambio, no le iba a ser nada complicado acceder al paraíso y a sus divinas prestaciones, porque Paraíso era el nombre del puticlub más cercano.

Mientras todo esto sucedía Carlotita viajaba en primera clase rumbo a Washington D.C. A su lado se sentaba un tipo maduro, alto, fuerte y de barba tupida pero pulcra y virilmente recortada. El tipo, que era ruso, había hablado un poco con ella al comienzo del vuelo. Se llamaba Alexei Yurinov y era un importante cargo político de Rusia. Iba a hacer una visita diplomática al presidente de los EEUU. Lo que ella no sospechaba era que aquel moscovita se había cambiado el apellido años atrás para poder iniciar una carrera política digna y respetable. Nadie necesitaba saber que, en su juventud, había sido trapecista en un circo ambulante.

Y lo que Alexei Yurinov tampoco sospechaba era que aquella curiosa joven que se sentaba a su lado, codo con codo, era su propia hija, que en Washington cogería otro avión que la llevaría Colombia donde, si todo iba según lo previsto, se compraría unas cuantas plantaciones de café.

Carlotita se sonrió. ¡Cuánta razón había tenido su madre...!

28.11.2003

jueves, 12 de mayo de 2011

paseo

Vuelan motas blancas en el claustro
incapaces de oler el agua
en las nubes
tan arriba,
tan lejos.

Regreso, caminando tan despacio
como si ya no recordara
o no supiera
que un pie va
detrás del otro.

Oigo a alguien decir
muy cerca
con una voz potente
y optimista
y redonda de alegría
que este va a ser un año de triunfos.

La frase resuena
por encima de los truenos
y enseguida deja de importarme
y se muda a la parte de atrás de mi cabeza
donde estoy yo
pero yo de verdad



Cerca de casa, una niña
mira hacia arriba y sigo su mirada
y no veo nada porque ya soy demasiado

mayor.

Black night is falling
the sun is gone to bed
the innocent are dreaming
as you should, sleepy-head.

All the love above I send into you-
comfort and protection.
I'll watch over you
but don't ask me what's gonna happen next.
I know the future, I'd love to lead the way
just to make it easier on you.

You are gonna have to find out for yourself.

My dearest scatterheart
there's comfort right in the eye of the hurricane
just to make it easier on you.

You are gonna have to find out for yourself.

All the hurt in the world-
you know, there's nothing I'd love to do more
than spare you from that burden-
It's gonna be hard.
If I only could shelter you from that pain
just to make it easier on you.

You are gonna have to find out for yourself.

Björk

Como una veta de oro
inadvertida

se esconde casi siempre tu violencia
a mis ojos.

Late concentrada, tras la piel
rogando no asustarme
y empujarme





lejos.
-------
Just like an unnoticed gold seam,
your violence hides from my eyes
most of the time.

Concentrated, it throbs behind the skin
praying not to scare me
and push me




far away.



The fact that you refused even just the thought of killing me when I was in your womb does not make you any better a person.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Hola, mamá.

Ya que jamás podré decirte esto a la cara, voy a escribirlo aquí para que nunca lo sepas.

Was he to never come back to us again, I wouldn't be disturbed in the littlest bite of my heartless soul.

viernes, 6 de mayo de 2011

Casos clínicos

[...] El segundo hijo es un neurótico psicasténico, un misógino que se prepara a fondo para vivir como un solterón y se adhiere a su madre de una manera muy sentimental.

C. G. Jung en Psicología analítica y educación

Vaya. Le conozco, ¿no es cierto?

jueves, 5 de mayo de 2011

Yo, Tarzán


Sé que, a veces, cuando paso a vuestro lado, me miráis. Sé que, a veces, cuando me miráis, pensáis me la follaría. Sé que, a veces, cuando me miráis y pensáis me la follaría, lo decís en voz alta entre vosotros, porque sois hombres y, ya se sabe, los hombres hacéis esas cosas y hay que perdonaros o toleraros o ignoraros. Sé que, a veces, cuando paso a vuestro lado y alguno de vosotros dice me la follaría, puede que algún otro, entre risas, conteste yo también, pero con una bolsa en la cabeza.

Pero la verdad es que no me importa. Tanto yo como vosotros sabemos que, si os dejara, todos me follaríais porque es gratis. La verdad es que no me importa lo que creáis que me haríais, porque no os dejaría ni acercaros.

No me ofende vuestra vanidad presuntuosa porque la única verdad es que ni siquiera violándome podríais triunfar sobre mi voluntad.

miércoles, 4 de mayo de 2011

We hate it when our friends become successful.
Oh, look at those clothes,
now look at that face, it's so old
and such a video!
Well, it's really laughable
Ha, ha, ha...
We hate it when our friends become successful.
And if they're northern, that makes it even worse,
and if we can destroy them
You bet your life we will destroy them.
If we can hurt them well, we may as well...
It's really laughable
Ha, ha, ha...
You see, it should've been me,
it could've been me,
everybody knows.
Everybody says so,
they say: "Ah, you have loads of songs,
so many songs, more songs than they'd stand...

Morrissey

martes, 3 de mayo de 2011