Vuelan motas blancas en el claustro
incapaces de oler el agua
en las nubes
tan arriba,
tan lejos.
Regreso, caminando tan despacio
como si ya no recordara
o no supiera
que un pie va
detrás del otro.
Oigo a alguien decir
muy cerca
con una voz potente
y optimista
y redonda de alegría
que este va a ser un año de triunfos.
La frase resuena
por encima de los truenos
y enseguida deja de importarme
y se muda a la parte de atrás de mi cabeza
donde estoy yo
pero yo de verdad
Cerca de casa, una niña
mira hacia arriba y sigo su mirada
y no veo nada porque ya soy demasiado
mayor.
jueves, 12 de mayo de 2011
paseo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 +:
Publicar un comentario